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Alerta por tormenta solar: qué puede pasar con señales y navegación hoy

Un CME impactaría entre la noche del 6 y la mañana del 7 de noviembre.

Una tormenta geomagnética fuerte (G3) fue declarada en vigilancia por el Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA, ante el arribo a la magnetosfera terrestre de una eyección de masa coronal (CME) asociada a las fulguraciones X observadas esta semana. El organismo anticipó el impacto entre la noche del 6 y la mañana del 7 de noviembre (hora EST), con posibilidad de extensión al 8 de noviembre con intensidad moderada. La advertencia incluye potenciales interrupciones temporales en radio HF, degradación de GPS y arrastre atmosférico sobre satélites.

El aumento de la actividad está ligado a una región activa que emitió dos fulguraciones X (incluida una X1.8), que generaron CME parcialmente dirigidas a la Tierra. Aunque el modelo sugiere que gran parte de la nube pasaría por detrás de la órbita terrestre, un impacto lateral podría impulsar el índice Kp a niveles de tormenta fuerte (G3), con auroras visibles en latitudes medias del hemisferio norte.

Para usuarios y operadores, las afectaciones más probables incluyen bloqueos de radio de alta frecuencia en zonas iluminadas por el Sol durante los picos, errores en posicionamiento por ionosfera perturbada y recalibraciones en constelaciones de navegación. Las aerolíneas que usan rutas polares suelen ajustar trayectorias durante episodios de alta ionización.

En Colombia y el trópico, no se esperan auroras visibles; sin embargo, podría percibirse ruido en comunicaciones HF y pequeñas desviaciones en soluciones GNSS de agricultura de precisión, geodesia o drones. Para el público general, el impacto suele ser imperceptible más allá de eventuales caídas breves de señal.

Operadores satelitales y de redes eléctricas suelen activar protocolos de mitigación, como modos seguros en naves espaciales, monitoreo de corrientes inducidas geomagnéticamente y gestión de carga en transformadores en latitudes altas. El sector aeroespacial refuerza vigilancia de radiación y ambiente de partículas.

La clave para el impacto real será la orientación del campo magnético interplanetario (Bz) al llegar la CME. Si el Bz es sur, el acople con la magnetosfera aumenta y la tormenta puede intensificarse; si es norte, los efectos se moderan incluso con velocidades altas del viento solar.

Expertos recomiendan a empresas con operaciones sensibles monitorear en tiempo real los indicadores de Kp, viento solar, densidad y IMF, y contar con planes de continuidad. Para usuarios domésticos, no se precisan medidas especiales.

Aun con el incremento de eventos, estos fenómenos son cíclicos y están asociados al máximo solar del ciclo 25. Las agencias espaciales mantienen vigilancia constante para emitir avisos y actualizar pronósticos.

Radioaficionados y comunidades de observadores reportan interferencias en HF y mejoras en propagación en bandas específicas. En Norteamérica y Europa se prevén auroras en franjas inusuales; turismo astronómico y fotógrafos se movilizan hacia zonas oscuras y cielos despejados.

Operadores de telecomunicaciones y satélites recalcan que sus redes están diseñadas con redundancia y protocolos de recuperación rápida. Las Autoridades insisten en evitar alarmismo y mantenerse informados por canales oficiales.

La tormenta que llegará en las próximas horas es un recordatorio del dinamismo del clima espacial. Con monitoreo y protocolos, la mayoría de impactos será transitoria. Las actualizaciones continuarán a medida que la CME interactúe con la magnetosfera.

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